La paradoja del equipo pequeño

24/11/2014

Este parón de selecciones nos ha dejado las alegrías de las selecciones modestas, aparte de los tres puntos de España ante Bielorrusia y la derrota en el amistoso contra Alemania. Después de sesenta y una derrotas consecutivas, San Marino cosechó un empate a cero con Estonia. Me alegré un montón, pues pocos países como el de la península itálica para representar el fútbol más modesto. Con apenas jugadores profesionales, siempre han sido objeto de mofa. Recuerdo una goleada de España a San Marino, 9-0, que propició que un día en el que el conjunto blanco encajó una derrota dolorosa (esa no la recuerdo), la afición rival le cantara al Madrid “Sois San Marino, vikingos sois San Marino”. ¿Pero qué puede esperarse de un país tan pequeño, con unos 32 mil habitantes? Poco más, aunque han tenido bastante éxito en motos con Alex de Angelis y Manuel Poggiali como campeones del mundo.

Más mérito tienen los de Islas Feroe, que sí ganaron su partido, 0-1, a Grecia. Vale que Grecia no es lo más granado del panorama, pero no dejan de ser campeones de Europa, y una tradición futbolera bastante superior a la de los isleños, que cuentan con más habitantes que San Marino, 50.000. Aún así, no me extraña que celebraran como lo hicieron la victoria a domicilio ante los helenos. También Liechtenstein ganó 0-1 a Moldavia, Chipre le clavó una manita a Andorra, y no es moco de pavo el empate a uno que le sacó Albania a Francia, por más que fuera un amistoso. Una jornada épica para esos equipos formados por jugadores que tienen otra profesión, como Benjaminsen, capitán de Islas Feroe, que tras la victoria ante Grecia regresaba a su trabajo en una carpintería.

Pero no todo el monte es orégano, ni la realidad tan bonita como me gustaría pintarla de ahí el título del artículo. La realidad demuestra que, a la hora de ver un partido, pasamos mucho de ver a los modestos. Si no nos dan Barça, Madrid o Atleti, preferimos cualquier otra cosa. Así lo indica el 5% de audiencia que estaba cosechando Cuatro con sus partidos en abierto, hasta el punto de moverlos a un canal secundario como Energy. Dado que primero no pudimos disfrutar de partidos en abierto de los dos grandes, y después de todos los que jugaban competiciones europeas, el número de espectadores ha bajado considerablemente. A lo que hay que añadir que, si bien el año pasado explotaron bien la ausencia de Athletic y Villarreal en Champions/Europa League, este año no se ha asomado a la programación en abierto el Valencia, equipo de mayor relumbrón de las competiciones internacionales. Como uno no tiene ni idea de fútbol, pero sí lee a quien la tiene, recomiendo dos artículos al respecto que todo aficionado futbolero con un mínimo de interés en el tema debería leer:

Óscar Díez en Diarios de Fútbol

Fernando Carreño en Marca

Además, Óscar Díez, autor de uno de ellos, es palentino nacido el mismo año que servidor, lo que le vale que goce de un extra de simpatía, un plus a su buen hacer periodístico.

Por si esto no fuera suficiente, el nuevo delirio psicotrópico de la LFP promete ser el clavo definitivo del ataúd del fútbol en abierto. Se ha propuesto que haya partidos a las 14 o 15 horas, típica hora Premier, pero en la que el españolito medio está zampando, o de sobremesa. Según el capitoste al cargo, el infame Javier Tebas (del que si nadie ha inventado lo del “Tebasato”, al hilo del famoso Villarato, me pido el copyright), es para aprovechar el mercado asiático, del que dijo hace un par de años el entonces seleccionador de China, José Antonio Camacho, veían billar en directo.  (1:42 a 2:30). Es decir, mientras el mercado asiático pague, los estadios pueden estar medio vacíos. Este elemento ataca a la piratería como principal problema del fútbol español, y sin minimizar éste, ignora el que causan él y sus huestes con los horarios y los precios elevadísimos en mitad de la crisis, al revés que en el país que política y económicamente más odia España, Alemania.  Por si esto no fuera poco, semejante individuo se alía con un julandra de medio pelo llamado Pedro Torréns para perpetrar una supuesta novela negra llamada “El fútbol no es así”, sobre la corrupción en el deporte rey. Servidor, fanático a ultranza del género negrocriminal, jamás piensa sumergirse en sus páginas. Como diría El Nota, en pleno arrebato colérico a Walter Sobchak en El Gran Lebowski: ¿de qué cojones estamos hablando?

Siguiendo con equipos pequeños, esta semana he tenido la corazonada de que el Madrid pinchaba en Ipurua. El Eibar es un equipo bien plantado para los recursos que tiene, no le pierde la cara al partido, y puso en apuros a Barça y Atleti en sus dos desplazamientos previos. El campo, en teoría demasiado pequeño para permitirle al Madrid ensanchar el juego, debía ayudar. En plan de broma, mi hermano y yo comentábamos que, además de la desgraciada baja de Modric, se hubieran unido alguna otra estrella del Madrid con unos problemas leves, lo justo para renunciar al partido contra el conjunto armero. Un esguince de tobillo, una rotura de fibras, una gastroenteritis de las que te dejan tres días en cama pero luego te recuperas como si nada. Pero no. Ni lesiones, ni tropiezo. Al menos acerté los goles de James y Benzemá, aunque no acerté los de CR7, ni que los eibarreses hicieran diana. Al menos Messi batió a Zarra en el total de goles en Liga (no pudo con el promedio), con un hat-trick que convenció a los escépticos, con Pedro Martín de la COPE en cabeza, que decían que le faltaba un gol más de los que indicaban las estadísticas.

Por último, una gran alegría. Lo bueno de no tener el texto hecho es que, cuando pasa algo como lo de este sábado lo puedes incorporar de inmediato a la columna. El viernes la gente estallaba de rabia ante el desahucio de Carmen, una anciana de 85 años, residente en Vallecas, que había avalado a su hijo con su piso. Él no pudo satisfacer la deuda con el prestamista privado, por lo que éste subastó la vivienda de Carmen, y el nuevo dueño quiso tomar posesión de su nueva propiedad. Este sábado, Paco Jémez anunció que el Rayo Vallecano, paradigma de equipo modesto donde los haya, a pesar de haber sido propiedad del malandrín de Ruiz Mateos, iba a ayudar a Carmen a pagar un alquiler. De inmediato, el Rayo pasó a convertirse en el equipo más grande de España, por encima de Barça, Madrid, y Atlético. Y el que diga lo contrario, miente como un bellaco. ¡Viva el Rayo, carajo!

P.D: Pacquiao ganó claro a Algieri en su regreso, pero hay que decir del americano que aguantó los doce asaltos, cuando parecía que en el sexto, y sobre todo en el noveno, el árbitro podía haber parado la pelea. La pregunta es, después de esto, ¿tenemos Pac-Man vs. Mayweather? Como dijeron los comentaristas, habría que exigirlo.

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