Esos grandes fichajes

29/06/2015

Se ha acabado la Liga, se han dirimido los ascensos a Primera, he de admitir que no sigo las eliminatorias de Segunda B ni la Copa América, la idea que tengo sobre el draft de la NBA es nula, y mi interés por otros deportes es bastante vago. Así que no me queda más remedio que recurrir al clásico de clásicos del verano: los fichajes. Cuanto más culebronero, más portadas copa en la prensa deportiva. Pero ya sabéis que me gustan esos temas tangenciales más que la actualidad candente, así que pienso en hablar de fichajes a mi estilo.

Para los que no lo sepan, una parte de mis ratos libres lo paso en un foro de lucha libre, el wrestling que popularizó Hulk Hogan en los 80. Es cierto que no lo sigo demasiado, pero sigo metido en una de esas locuras que tanto me gustan, las que llamamos e-feds, o empresas de lucha ficticias creadas y administradas por usuarios, con luchadores creados por cada cual. Además de eso, también se habla de fútbol, sobre todo de la Premier, pues abundan los nacidos en la Pérfida Albión. Hace unos días se hablaba de un rumor que colocaba a Asier Illarramendi en el Liverpool. El autor del mensaje decía que si él fuera fan del Liverpool estaría cabreado. No tuvo la repercusión que sí tuvo el supuesto interés del Olimpiakos en Vermaelen. De ahí se saltó a la clásica cascada de pufos que han fichado por Madrid y Barça, culminada por, cómo no, un vídeo de la legendaria Gravesinha. De ahí salió la idea de hacer una lista de esos jugadores que se ficharon a bombo y platillo y resultaron ser un pufo.

Había un problema, empero. A mí no me gustan demasiado las listas. Acaban saturándome, sobre todo cuando se acumulan las infinitas listas de lo mejor del año, o lo más esperado del próximo año. Ya hablé de ello hace tiempo. Tuve la bendita previsión de decir que reduciría las listas a su mínima expresión, no a negarme en redondo a hacerlas. Aunque todo sea dicho, el 95% del esfuerzo lo ha hecho mi hermano. Él adora las listas. Tiene algunas listas de películas de hasta 400 títulos, incluso puede que alguno más. No sé cuántas de ellas ha visto, ni si planea hacerlo en el futuro, cercano o lejano. El caso es que están en alguno de sus míticos cuadernos de cuadros, tamaño folio. Otras están en alguna de esas libretas tamaño cuartilla que nos regala mi tío de vez en cuando. Yo sabía que en su día hizo una lista de esos pufos, centrándose en los del Barça y el Madrid. Él no se acordaba, en cambio yo recordaba específicamente en qué libreta estaba. Y como tenemos la bendita manía de acumular todo tipo de mierda, algo que por supuesto saca de quicio a mi madre, la lista apareció. Dos fotos con el móvil, una por lista, dar a la tecla de envío en el WhatsApp, y mi hermano me salvó el culo para el artículo de la semana. Os traigo lo mejor de cada casa, añadiendo alguno que se escapó de las redes. Una advertencia: que alguno de estos jugadores no merezca ser calificados de pufo depende del lector. Desde luego no tenían o no dieron el nivel que se les suponía.

Empiezo por el Madrid porque uno de los primeros culebrones veraniegos que recuerdo, al menos por encima, es el de Claudemir Vítor. Como sólo recordaba que después de copar portadas apenas jugó, he indagado un poco sobre él y descubierto que, en realidad, lo ficharon para que más adelante Cafú llegase a la casa blanca, cosa que nunca hizo. Pese a jugar tres partidos nada más, en Brasil es más valorado y respetado que aquí. Y además de su fiasco, resulta que también está unido al Real por ser la primera de las dos víctimas de Raúl en el famoso regate del aguanís de la Intercontinental del 98. Cosas de la vida. Antes que él llegó Spasic, por el que se llegó a pagar 200 millones de pesetas y se le recuerda por un autogol contra el Barça. Y hablando del Barça, ambos conjuntos estuvieron peleando por la contratación de uno de los pufos más laureados (Tres champions) de la historia, Karembeu, del que se recuerda más su matrimonio con la espectacular Adriana Sklenaříková, considerada la modelo con las piernas más largas del mundo. Allí compartió vestuario con Iván Campo, uno de los hombres más feos de la historia, y a quien las islas británicas trataron mejor que su paso por el Madrid. De Inglaterra vino Jonathan Woodgate, otro futbolista con mejor cartel del que se recuerda por aquí, lastrado por un año de lesiones y dos autogoles en los diez partidos que disputó en su segunda temporada. Ahí coincidió con el Ogro Thomas Gravesen, rocoso centrocampista a quien le fue mejor en Inglaterra y Alemania. Eso sí, nos dejó algunos detalles que recopila este divertido vídeo.

Como veo que me extiendo, dejo algunos otros nombres de la lista, algunos de ellos no fichados, sino sacados de la cantera, no sin antes mencionar los kilos de gomina que consumía Perica Ognjenovic. Ahí van otros nombres: Elvir Balic, Dejan Petkovic, Edwin Congo, Albano Bizarri, Carlos Secretario, Manuel Canabal, Flavio Conceiçao, Javier Portillo, Javi García, Julien Faubert, Pedro Munitis, Sergio Canales, Paco Pavón, Pablo García, Geremi Njitap, Zé Roberto, Fernando Sanz, Fabio Coentrao, Tote y el inmortal Royston Drenthe. Aparece en la lista un nombre que mi memoria ha decidido enviar al desagüe, pues soy incapaz de ubicar a un tal Balboa, ni habiendo visto su jeta en Google.

Pasemos al Barça. El legado de Johan Cruyff es indiscutible, pero también nos ha dejado fichajes inexplicables, empezando por Romerito. Pero fueron más sonadas las incorporaciones e incorporaciones al primer equipo de los dos últimos años de la etapa del holandés, la del fin del Dream Team. Quizá el más notable fue Xavier Escaich, supuesto sustituto de Julio Salinas, que jugó tres partidos de suplente y marcó un gol, justo al equipo del que se le fichó, el Sporting de Gijón. Uno de los que le cerró el paso fue otro de esos pufos históricos, Igor Korneiev. Otro que pasó sin pena ni gloria esos días fue Xabier Eskurza. Ante la falta de gol, se fichó a Meho Kodro, que venía de marcar 25 goles con la Real Sociedad, y aunque no creo que entre en la categoría de pufo ni de broma, su rendimiento no fue el esperado, por desgracia. Tampoco aportó los tantos que se esperaba Ángel Cuéllar. En la portería, primero Carlos Busquets, padre de Sergio, y Jesús Angoy, yerno de Cruyff, trataron de llenar sin éxito el hueco que dejó Zubizarreta. Del filial salieron varios jugadores prometedores, que se quedaron en discretos (los hermanos Óscar y Roger García), uno algo mejor (Celades) y un hombre que apuntaba a gran estrella pero se quedó en un muy buen futbolista, Iván de la Peña, cuyo segundo paso por Can Barça fue para olvidar, y eso que no fue culpa suya. El Barça de los holandeses nos dejó a clásicos como Ronald de Boer, Bolo Zenden y el legendario Winston Bogarde.

Igual que con el Madrid, no voy a alargarme demasiado y suelto otra retahíla de nombres: Dragan Ciric, Christophe Dugarry, Emmanuel Amunike, Samuel Okunowo, Frédéric Dehu, Dani García Lara, Émmanuel Petit, Richard Dutruel, Fábio Rochemback, Rüstü Reçber, Geovanni Deiberson Maurício, Mario Abrante, Maxi López, Iván Iglesias, Francesco Coco, Oleguer Presas, Philippe Christanval, Sonny Anderson, Keirrison de Souza, Alexander Hleb, Douglas Pereira, Thomas Vermaelen, Santi Ezquerro, Henrique Adriano Buss, y por supuesto el favorito de la afición, Dmitro Chigrinskiy. Añadiría un nombre a la lista debido a la nula repercusión de su paso por el club, pero el trágico final de Robert Enke me lleva a dejarlo fuera.

Cuando uno se pregunta por qué demonios algunos de estos futbolistas llegaron a vestir la camiseta de los dos equipos más importantes de España surgen varias respuestas. Una es que parece que ambos tienen dinero para tirar y no les importa hacerlo. Otra, válida sobre todo para antes de la era de Internet, es que un buen vídeo «de lo mejor de» hace maravillas. Ahora prácticamente te puedes ver todos los partidos de un jugador en una temporada con los infinitos canales de las teles de pago, por lo que debería ser más difícil toparte con un jugador de éstos. Finalmente, uno piensa en los oscuros manejos entre bambalinas, chanchullos entre presidentes, representantes y fondos de inversión. Eso explicaría muchas cosas.

Claro que visto en perspectiva, todos estos jugadores acaban provocando unas cuantas risas al recordar sus peripecias. Sí, también dan disgustos, pero se acaban pasando con el tiempo. Fueron deportistas mediocres que al final acaban dando vidilla a muchas conversaciones. Y entre fichaje interminable y fichaje interminable, se agradecen estos temas más ligeros.

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